El bioquímico Tak Mak (Cantón, China, 1946) abrió la puerta a los
actuales tratamientos de inmunoterapia contra el cáncer, pero reconoce
que no supo aprovecharlo. En 1995 su laboratorio codescubrió el freno
molecular que impide que los linfocitos T, células del sistema inmune,
reconozcan y eliminen a las células del cáncer. Pero fue James Allison
el que encontró la forma de romper ese freno, conocido como CTLA-4, para
desencadenar respuestas antitumorales. El año pasado Allison ganó el Nobel de Medicina por ese trabajo junto a Tasuku Honjo, padre de la otra gran línea de fármacos de inmunoterapia.
Estos tratamientos son ya el cuarto pilar de la
oncología junto a la cirugía, la radiación y la quimioterapia, aunque
aún queda mucho por hacer, reconoce Mak, investigador en el Instituto de Oncología de Ontario (Canadá).
La inmunoterapia funciona muy bien contra algunos tipos de tumor, pero
nada contra otros muy letales, como los de páncreas y cerebro. Incluso
en los tumores que mejor responden, como el melanoma o el cáncer de
pulmón, a más de la mitad de pacientes la inmunoterapia no les hace
efecto.
“En este momento hay en marcha unos 2.000 ensayos clínicos
que intentan combinar diferentes agentes o fármacos con inmunoterapia
con la esperanza de que aumenten las respuestas adicionales,
especialmente en tumores en los que hay muy pocas respuestas.
Desafortunadamente, hasta ahora los principales ensayos han fracasado en
la combinación”, reconoce Mak, uno de los científicos que más ha
contribuido al avance de la inmunología, ya que también descubrió el
receptor de los linfocitos que les permite identificar qué forma parte
del cuerpo y qué es alienígeno (virus, bacterias, cáncer…).
Las células del sistema inmune que circulan por la sangre buscando
amenazas tienen muchas dificultades para abandonar los vasos sanguíneos,
llegar hasta el órgano sólido en el que está el tumor e infiltrarse en
él, pero algunas lo logran. El año pasado se consiguió eliminar la metástasis con un tratamiento experimental
basado en seleccionar las células inmunes que sí consiguen infiltrarse
en el tejido canceroso, multiplicarlas en el laboratorio y reinyectarlas
en el paciente. De visita en Madrid para ofrecer una conferencia en el
Centro Nacional de Biotecnología en homenaje a Carlos Martínez-Alonso, Mak explica en esta entrevista su visión sobre cómo mejorar los actuales tratamientos contra el cáncer.
Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/05/24/ciencia/1558713031_780997.html
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