viernes, 24 de junio de 2022

Factores nutricionales y su relación con el Cáncer

Generalidades

Los estudios experimentales y de epidemiología han sugerido que un estilo de vida saludable y una alimentación adecuada pueden disminuir el riesgo de padecer cáncer hasta en un 70%. Los tumores malignos que están vinculados de manera más estrecha con los factores nutricionales incluyen al cáncer de mama y endometrio en las mujeres y el cáncer digestivo y de próstata en los hombres.

Las investigaciones resaltan que muchas sustancias presentes en los alimentos como las vitaminas, antioxidantes, fitoquímicos y otros micronutrientes tienen efectos preventivos del cáncer, en tanto que algunos aditivos que se agregan a los alimentos, residuos de pesticidas y un alto consumo de carne asada, nitritos, sal, grasa animal y ácidos grasos trans se han vinculado con un mayor riesgo de cáncer. 

Qué rol tienen los factores nutricionales en el desarrollo de los tumores

El estilo de vida y la alimentación que lleva una persona puede influir en las diferentes fases que ocurren en todo el proceso de la formación de los tumores malignos (iniciación, promoción y progresión del cáncer). Ciertas deficiencias nutricionales como el déficit de folato y las vitaminas del grupo B (B12, B6, B3) pueden intervenir en la fase de iniciación llevando a rupturas en los cromosomas de las células, alteración del ADN, aumentando de esta forma, la sensibilidad a los mutágenos (sustancias capaces de alterar la estructura celular).

En lo que tiene que ver con la deficiencia de vitamina C y selenio, hay un aumento de la oxidación del ADN, fenómeno que también se ha vinculado con niveles deficientes de zinc, magnesio y de vitamina D.

Compuestos nitrosos

Los nitritos y los nitratos son los agentes de mayor implicación en la fase de iniciación del cáncer. Pero los investigadores señalan que los nitratos añadidos a las carnes procesadas como los embutidos, sí conllevan a la elaboración de las nitrosaminas, sustancias potencialmente cancerígenas, a diferencia de los nitratos que de forma natural están presentes en los alimentos que no tienen potencial para desarrollar cáncer puesto que no producen nitrosaminas. 

Hidrocarburos aromáticos policíclicos

La carne curada (conservada en sal y con algunas especias) que contiene compuestos N-nitrosos y la carne y el pescado ahumados tienen en su composición hidrocarburos aromáticos policíclicos que se forman con ciertos métodos de cocción (especialmente asados). Los alimentos que contienen hidrocarburos aromáticos policíclicos están asociados con un 13% de casos de cáncer intestinal y el 1,5% de todos los tipos de cánceres.

La Academia Nacional de Ciencias de EEUU indica que el 60% de los tumores malignos en mujeres y el 40% de los cánceres masculinos están relacionados con factores nutricionales.

Alimentos del Reino Vegetal

Consumir frutas y verduras en variedad de colores las cuales constituyen una rica fuente de antioxidantes, como las vitaminas A, C, E, carotenoides, licopeno, el micronutriente selenio y otros compuestos, pueden proteger a las células de nuestro organismo contra el daño que un proceso maligno pueda generar e incluso revertirlo. La mayoría de las plantas contienen compuestos fitoquímicos como los indoles, las isoflavonas, terpenos, ácidos fenólicos, carnosol, polifenoles y el galato de epigalocatequina (EGCG). 

Estos compuestos recién mencionados, parecen brindar protección contra algunos tipos de cáncer, como lo han demostrados ciertos estudios en laboratorio y en animales a través de sus acciones bioquímicas y moleculares. Incluso estudios observacionales en grupos humanos respaldan una relación entre un factor nutricional y un resultado de cáncer.

Una alimentación adecuada es importante no solo en la prevención del cáncer, sino también en su tratamiento. Los resultados de muchas investigaciones revelan que los tumores malignos se acompañan particularmente de ciertas deficiencias nutricionales. Esto es especialmente verdad en lo que tiene que ver con los pacientes sometidos a radiación y/o quimioterapia.

Los estudios que se han llevado a cabo son firmes en comprobar que una alimentación óptima y la suplementación con micronutrientes tienen un impacto positivo en la tolerancia a estas terapias por parte de los pacientes, así como una disminución en la aparición de efectos secundarios nocivos.

Factores nutricionales y protección contra el cáncer

A continuación detallaremos la relación benéfica o contraproducente de ciertos grupos alimentarios en relación al desarrollo o la aparición del cáncer.

Cereales

Comer siete o más porciones diarias de una variedad de granos, legumbres, y tubérculos brindará beneficios protectores contra el cáncer. La avena, el arroz integral, el maíz, el centeno, los fríjoles y las lentejas son alimentos saludables para consumir. Por el contrario, los granos procesados, las dietas ricas en almidón, y el azúcar refinado pueden incrementar el riesgo de contraer cáncer digestivo. 

Grasas y cáncer 

Siempre se ha considerado que existe un vínculo muy estrecho entre la grasa y los tumores malignos. Aunque la evidencia actual no ha encontrado una relación directa entre el consumo de grasas y ciertos tipos de cáncer (a excepción del cáncer de próstata), una dieta rica en grasas puede conducir a la obesidad, que sí es un factor de riesgo para algunos cánceres como el de colon, mama, riñón, esófago, vesícula biliar y endometrio.

Consumo de carne y cáncer digestivo

Actualmente hay suficiente evidencia científica de que el consumo de carne procesada aumenta el riesgo de cáncer digestivo. El Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF) ha insistido en la necesidad de que las personas dejen de consumir carne procesada. Éstas incluyen cualquier tipo de carne que haya sido conservada mediante curado, ahumado, salado o por medio de la adición de conservantes químicos. 

Estos alimentos incluyen perros calientes, tocino, algunos tipos de salchichas, jamón y hamburguesas. Además recomiendan no dar a los niños carnes procesadas para no habituarlos a consumir estos alimentos en la adultez. Hay estudios que apoyan el hecho de que las carnes rojas también aumentan el riesgo de cáncer intestinal. La WCRF recomienda limitar el consumo de carne roja fresca cocida a menos de 500 gramos (o 700 g sin cocer) por semana.

Cánceres más frecuentes relacionados con los alimentos

Algunos tipos de cáncer comunes pueden afectarse por los alimentos que se consumen como el cáncer de mama, próstata, pulmón y el cáncer digestivo.

Cáncer de pulmón

Es considerado la principal causa de muerte por cáncer a nivel mundial, siendo en su mayoría provocados por el tabaco. Consumir una dieta saludable con muchas frutas y verduras se ha vinculado con un menor riesgo de cáncer pulmonar, tanto en los fumadores como en los que no tienen el hábito tabáquico. Las verduras crucíferas como el repollo, la coliflor, el brócoli son excelentes para este fin.

A pesar de que comer verduras y frutas puede brindar algún beneficio o protección contra el cáncer pulmonar, el no fumar y el evitar el humo secundario (fumador pasivo), es sin duda la mejor medida preventiva.

Cáncer de mama

Como se sabe, el cáncer de mama es el tipo de cáncer más frecuente entre las mujeres a nivel mundial. La incidencia de este cáncer también aumenta con la edad. Las mujeres que llegan con sobrepeso u obesidad a la menopausia, tienen un riesgo aumentado al doble de cáncer mamario. Las dietas ricas en alimentos grasos monoinsaturados, como el aceite de oliva, aceite de canola, algunas nueces y semillas, pueden disminuir el riesgo. Por otro lado, el alto consumo de alcohol puede incrementar el riesgo de cáncer de mama.

Cáncer de próstata

Es el tumor maligno más común en hombres mayores de 50 años, aunque puede aparecer en individuos más jóvenes. Las legumbres ricas en ácidos grasos esenciales como la soja pueden disminuir el riesgo, en tanto que una dieta rica en grasas especialmente de origen animal (como productos lácteos, carnes grasas) incrementa el riesgo. Igualmente, es importante mantener un peso saludable.

Ciertos componentes vegetales como el licopeno presente en los tomates, la sandía y las fresas pueden ayudar a reducir el riesgo de cáncer prostático. Las investigaciones realizadas sugieren que consumir una a dos porciones de tomates por día (media taza o 75 g) está asociado con un menor riesgo de cáncer de próstata.

Alimentos y bebidas que deben limitarse

Los alimentos y bebidas que deben limitarse en su consumo comprenden:

  • Carnes rojas grasas y carnes procesadas.
  • Alimentos altamente procesados muy bajos en fibra.
  • Alimentos con un alto contenido de sal.
  • Alcohol y tabaco (ideal suprimirlos).
  • Edulcorantes artificiales (aspartame, sacarina y el ciclamato).

Alimentos que pueden brindar protección y se pueden consumir más

Un efecto protector contra el cáncer se ha demostrado en ciertos alimentos como los siguientes:

  • Verduras, especialmente verduras crudas o en ensaladas, así como verduras de hoja verde y las zanahorias.
  • Alimentos ricos en fibra dietética como granos y cereales.
  • Tomates.
  • Frutas cítricas como naranjas, toronjas, limones y limas.
  • Verduras crucíferas como el brócoli, el repollo, las coles de Bruselas y ciertas verduras asiáticas.

Suplementos alimenticios

El Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF) sugiere que no son recomendables los suplementos alimenticios como preventivos del cáncer y que lo mejor es suplir las necesidades de nutrientes a través de alimentos integrales. 

En determinados casos ha existido un mayor riesgo de cáncer en personas que ingieren suplementos alimenticios en grandes dosis incluso más altas de lo que habitualmente se requiere. Por ejemplo, no está comprobado que el consumo de suplementos alimenticios a base de caroteno y vitamina E sea eficaz en el tratamiento o en la prevención del cáncer de pulmón. 

Dr. William Bonifaz B.

Referencias

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